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martes, 7 de diciembre de 2010

Se han rescatado 36 cuerpos sin vida en el alud de Bello

Visita Juan Manuel Santos


Presidente Santos ordenó evacuación del lugar y dijo que se trató de una "tragedia anunciada".

Luego de recorrer la zona de la tragedia durante 25 minutos, en los que conversó con las autoridades que se le acercaron para contarle lo que había ocurrido y cómo avanzan  las labores de rescate, el presidente Juan Manuel Santos pidió a las autoridades adelantar la evacuación lo más pronto posible.

Las autoridades habían suspendido las labores de rescate, ante el riesgo que podría presentar el terreno por las lluvias. Sin embargo, el invierno dio una tregua sobre el barrio La Gabriela, lo que permitirá continuar con los trabajos.

"A todos los habitantes de esta zona de alto riesgo les pido: en la medida de lo posible evacuemos esta zona. Me han señalado sitios donde puede suceder lo que sucedió el domingo pasado y tenemos que evitarlo. Evacuemos y protejamos la vida de nuestos compatriotas", dijo Santos ante los medios en la zona del desastre y afirmó que lo ocurrido fue "una tragedia anunciada".
Agregó que ya hay un plan para la construcción de mil viviendas en Bello. Mientras eso sucede, aseguró el Presidente, se entregarán subsidios de arrendamiento a los damnificados. "Pero haremos un censo riguroso, para evitar que gente que no necesita la ayuda esté incluida".
Santos reconoció que con cada minuto que pasa se esfuma la posibilidad de encontrar sobrevivientes, pero dejó claro que se trabajará las 24 horas del día hasta rescatar "el último cuerpo".

En un momento muy emotivo, el presidente Santos se acercó donde trabajan los rescatistas de las Defensa Civil, el Ejército y los habitantes del sector.Les agradeció "a nombre de toda Colombia el trabajo realizado" y les dijo que la labor que hacen "es lo que compensa estas tragedias".

En ese momento, un hombre desde el barro le grito "para eso estamos los bellanitas, Presidente".

Santos estuvo acompañado, entre otros, por el gobernador de Antioquia, Luis Alfredo Ramos, el ministro de Transporte, Germán Cardona y por el alcalde de Bello, Óscar Pérez.

Duro rescate

Hasta el momento, han sido recuperados en el lugar un total de 36 cadáveres. Pero aún hay 88 personas desaparecidas.

Con sudor y lágrimas, socorristas y vecinos trabajan sin parar en este barrio de Bello (Antioquia), donde un alud sepultó a 124 personas. Este martes serán inhumadas las primeras 11 víctimas de la tragedia.
El barrio La Gabriela, de Bello, era en la noche del lunes un gran cementerio de barro, donde centenares de socorristas y vecinos, entre sudor y lágrimas, arañaban la tierra en busca de sus vecinos (Vea imágenes de la tragedia acá).

El día anterior, el domingo, en cambio, todo era fiesta en este sector conocido como 'Calle Vieja'. La lluvias que cayeron en la semana habían cesado y ese día al fin salía un sol radiante.

En el 'Kiosco de Kennedy' había, como de costumbre, cervezas y aguardiente. Se oían vallenatos y reguetón. Los niños corrían por el parque durante la fiesta organizada por las Primeras Comuniones que hubo en el barrio. En las afueras de las casas, de madera y cemento, jugaban dominó y parqués.

Pero a las 2:30 de la tarde del domingo el apacible día se tornó en tragedia. La parte alta de la montaña, donde había una escombrera, se deshizo. Una avalancha de 8.000 metros cúbicos de tierra, rocas, lodo y bultos de escombros cayó sobre 'Calle Vieja' (Vea video de primeros instantes posteriores al derrumbe de Bello).

"Muchos pensamos que se había estrellado un avión contra la parte alta de la montaña por el estruendo tan impresionante", recuerda Luis Alberto Pérez, un obrero del sector (Escuche acá declaraciones de los protagonistas de esta tragedia).

"Yo estaba escuchando una emisora, sentí una explosión muy fuerte, se fue la luz y en ese momento entró un humo por mi casa, me asomé a la terraza y era asombrosa la forma como la montaña rodaba, daba miedo", agregó uno de sus vecinos.

El alud sepultó 35 viviendas. La fiesta se acabó. Las botellas desaparecieron en el barro y 124 personas, según las autoridades, fueron atrapadas por la montaña.

Los vecinos corrieron hacia la avalancha en busca de sobrevivientes y 15 minutos después llegaron la Policía y los primeros bomberos. Los vecinos trepaban como podían por el barro buscando vidas, mientras otros corrían a vaciar baldes para usarlos como palas.

La acción oportuna permitió que ocho sobrevivientes fueran rescatados a las 3:30 de la tarde, de entre pedazos de adobes, planchas de cemento y bultos de piedra, que rodaron más de 320 metros.

Hacia las 4 p.m., socorristas de la Defensa Civil, la Cruz Roja y el Comité Local de Emergencia se sumaron a otros grupos de rescate.

Entre el barro lloraban mujeres y hombres, que no estaban en ese momento, intentando descifrar donde era su casa y tratar de sacar del fondo a sus padres, hijos y hermanos.

Nancy Madrigal lloraba desconsolada porque 10 de sus familiares podían estar bajo el lodo. Ya se presentía lo peor.

Ese domingo, al caer la tarde, las autoridades instalaron luces especiales para que los socorristas, con perros especiales, y familiares trabajaran de noche.

Era una contrarreloj contra la muerte. Si había sobrevivientes tocaba actuar rápido porque el aire se extinguía.

Antes de la medianoche del domingo comenzaron a hallar cuerpos, pero sin vida. Los organismos sacaron a tres de los funcionarios de la Alcaldía y evacuaron 12 casas por su alto riesgo.

Con la madrugada, ya eran 11 los cuerpos arrebatados al alud. La ansiedad aumentaba en las personas que pasaron la noche sentados en un andén sin perder la esperanza de que hallaran a los suyos con vida.

En la mañana del lunes, a las 8, una noticia parecía convertirse en una luz de esperanza. Un socorrista salió de los escombros con una niña en brazos y corría. Los vecinos comenzaron a gritar: "Milagro, milagro, la bebé está viva". Pero la menor no respiraba.

Al mediodía, a la zona llegaron los ministros de Defensa, Rodrigo Rivera, y del Interior, Germán Vargas. Miraron la magnitud de la avalancha y les expresaron a las víctimas el total respaldo del Gobierno.

Luz Amanda Pulido, la directora de Gestión de Riesgo del Mininterior, dijo que el Gobierno propuso a la Alcaldía la reubicación de alrededor de mil familias en el mediano plazo, y de manera inmediata se reubicará según la evaluación del Comité Local de emergencias las familias que están en sitios de "alto riesgo".

Las labores de rescate continuaron en la tarde sin parar. Y empezaron a aparecer las manos de los solidarios. Un grupo juvenil de una parroquia del sector llegó con sánduches y yogur para los familiares de las víctimas y los rescatistas voluntarios.

Dos empresarios llegaron con 50 colchonetas y más de 100 cobijas y se las entregaron a los damnificados.

A las 5 de la tarde del lunes, la cifra de cadáveres rescatados era de 23, entre ellos 11 niños.

En un colegio serán velados desde la mañana de este martes 11 de las víctimas que fueron plenamente identificadas. Se trata de Noel Antonio Palacio, José Arley Ibargüen Romaña, Isabella Osorio Posada, María Eugenia Madrigal, María Luz Maya de Madrigal, Nolberto de Jesús Madrigal, Mateo Madrigal, Yerleny Alexandra Madrigal, Dayana Valentina Madrigal, Darío de Jesús Mazo Medina
y Ómar Brieva. A las 4 serán sepultados.

La Alcaldía de Bello decretó tres días de duelo y suspendió las fiestas navideñas. Los alumbrados que iban a ser encendidos este martes se aplazaron para el viernes, cuando habrá un acto por las víctimas.

Ya en la noche, los picos y las palas seguían escarbando en la montaña en busca de los 93 vecinos que faltaban, mientras los vecinos de 'Calle Vieja' se refugiaron en albergues.

"Yo le puedo decir que me siento feliz de estar viva con mi esposo y mi hija, pero no sabe lo que es perder todo, eso es como morirse un poquito", dijo Gladis Valencia, mientras se alistaba para intentar dormir.
Despliegue total de medios en la emergencia

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